sábado, 1 de agosto de 2009

dos semanas en otra ciudad


Me voy dos semanas a otra ciudad , como la película de Minnelli como la última oportunidad para hacer algo cabal en lo queda del año, que vaya añito he tenido y que debería haberme dado cuenta porque lo primero que hago cuando cumplo años es esa cosa que los astrólogos llaman revolución solar u horóscopo para un año (solar) que empieza precisamente el día que se cumple exactamente la revolución del sol , es decir el día que vuelve a su posición natal, el día de tu cumpleaños, el verdadero Año Nuevo para cada cual. Y una ojeada le di, claro… y con un señor Saturno en casa 12, la casa del subconsciente, como que algunas cosas “terribles” iban a aparecer a la vista. Llamo terrible a todo aquello que nos produce desazón en el alma, en el corazón, aquella parte de nosotros mismos que no miramos de frente porque nos da miedo, y es tan poderosa su fuerza si no la miramos de frente que sólo puede originarnos una crisis… que bendita sea la crisis porque algo bueno siempre surgirá aunque no nos ahorre sufrimientos y ahí estará hasta mi próximo cumpleaños, en febrero. Aunque los mapas se solapan y las épocas acaban fundiéndose las unas con las otras y nada es reemplazado tan inmediatamente… Pero es el último tercio de mi año “saturnino”, lo llamaré así y aún no estoy agradecida del todo pese a que algo he aprendido de mi crisis, de mi dolor y de los sueños rotos y de lo que el viento se llevó…

Y el viento se llevó muchas cosas. He podido desenmascarar a algunos tal vez porque previamente me había desenmascarado a mí misma. Mis ilusiones y aspiraciones, en qué consistían realmente? Qué podía hacer realmente con mi vida? ahora que se me pasa el arroz como les gusta recordar algunos, que mis hijos son grandes y eso me lo tengo que meter bien en la cabeza, que para algunos acaban ciertos ciclos y para otros aún no han empezado y que yo estoy en medio más testaruda que nadie, creyendo que aún puedo hacer fortuna y gloria … jajajaja. Pero el viento que es muy sabio se ha llevado también amarguras de años, ya tocaba, tocaba asumir la pérdida de la inocencia de forma brutal e impía, los traumas que acaban por negarte las necesarias fuerzas para volver a empezar, tocaba un cierto retiro, en soledad, a veces profunda para ahondar en tu espíritu y sacar demonios que aún permanecían, como una necesaria preparación para el año siguiente en donde posiblemente se despliegue la acción, puede que la pasión… jajaja. Tocaba cuidarse interior y exteriormente, tocaba hacerse con un cierto sentido filosófico como en una película aburrida que no sabes si te ha gustado o no, de visión obligada para el estudiante, para ver lo que hacían antes los maestros e imaginar lo que podrías hacer tú. Tocaba limpiarse y purificarse. Tocaba asentarse y dar solidez a tu esqueleto. Tal vez poner los cimientos para alguna edificación posterior. Y los cimientos tienen que ser sólidos, tocaba eso…

Soy instintiva, sé y no sé porqué sé, lo que debo hacer, lo que creo que debo hacer. Y sabía lo que hacía, lo que tenía que hacer. Algo me empuja inexorablemente y aunque dista mucho de parecer sabias decisiones a los demás, a mí me basta con que corazón, mente y alma reconozcan lo que tengo, lo que debo hacer. Es ese sentido de la responsabilidad para conmigo misma y esa autosuficiencia moral… me lleve adonde me lleve y cuando llego al final del viaje es cuando percibo finalmente que tenía toda la razón del mundo y todas las razones de mi parte. Es un instinto y lo sigo. Otros dirán donde el corazón te lleve. Sí, no son las mismas palabras pero en el fondo es lo mismo. Mi padre hace tiempo me lo decía, no oigas a nadie más que a ti mismo y yo sigo al decir, sí porque sólo tú sabes lo que has de hacer, adonde vas y aunque acabes cogiendo tortuosos caminos de locura, prepotencia y rarezas miles, tú ya has intuido aunque no le pongas nombre adonde te llevarán. Aquí ya no operan la compulsión ni las sombras sino la libre elección, lo que a muchos les parecerá incongruente viniendo de una adicta a la astrología. Pues sí, en cuestión de libre elección sólo puedo decir que es aquello que haces finalmente y libremente con las energías que te son dadas, porque libres son si las has llevado a la conciencia y poca libertad o ninguna cuando sólo actúan bajo la superficie. Y ése ha sido mi trabajo este año y aún queda… El viento se llevó lo que sobraba, y ha traído en su eterno retorno lucidez y libre elección y ahora elijo pasar dos semanas en otra ciudad…


Tuliette

(escrito un día del año 2007)



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